La Culpa no es real, es un conjunto de sentimientos y sensaciones que experimentamos interpretando una realidad, la cual es neutra. Si dices “podría haberlo hecho mejor de lo que lo hice”, eso no es real porque lo hubieras hecho con las herramientas, circunstancias, conocimiento que tenías, sólo eso, ni mejor, ni peor.
Partiendo de esta base, es fundamental que grabes en tu mente que la culpa no es natural, es una construcción social y cultural (en cada cultura se siente más o menos culpa por según qué cosas) y que todo por lo que nos castigamos diariamente tiene diferentes orígenes, aun así, en las relaciones de cuidado (ya sea a hija/o, persona con alguna diversidad funcional o mayor dependiente), principalmente, puedo decirte que viene de la exigencia, expectativas y creencias.
Exigencia. ¿Cómo te exiges en la atención a esa persona? Si no cumples con esas exigencias de cuidado, ¿Cuál es tu castigo?, la culpa. Y ahí comienzas a odiarte a ti misma por no haber hecho todo aquello que “debes” o “tienes” que hacer. (“debería haber pasado más tiempo con ella/él”, “tomarme tiempo para mí no es bueno”). Aquí el mejor antídoto es poner sentido común, pararte, respirar y poner “encima de la mesa” si esas exigencias impuestas son viables a no, si la situación en la que te encuentras te posibilita a realizarlas o si es real la necesidad que crees que tiene la persona a la que atiendes.
Expectativas. ¿Cuales son las esperanzas que tienes puestas en el cuidado a esa persona? ¿Son realizables? En los casos de personas mayores dependientes, el dolor que sentimos ante su situación y su futuro a corto o medio plazo es normal. Lo que nos lleva a estados de ansiedad y ahí es cuando nos enganchamos al sufrimiento por la situación que estamos viviendo. La realidad es la que es y lo más saludable emocional/física y psicológicamente es que podamos aceptar la situación que vivimos y desde el amor ofrezcamos esos cuidados, sin crear expectativas inalcanzables.
Creencias. ¿Cuanto del contenido de la culpa que sientes tiene una base cultural y de creencias?. “debes hacerlo porque es tu madre/padre/hij@”, “debes cuadarl@”, “ahora te toca a ti”, “todo lo que han hecho por ti”, “si no lo haces no eres buena hija/madre/hermana”, “es tu responsabilidad” y así un largo etcétera…. Todos estos Introyectos (mecanismos por el cual, desde que somos pequeñas, integramos y hacemos como nuestras determinadas ideas, normas, conceptos, sobre lo que está bien y lo que está mal, así como las actitudes y/o comportamientos de otras personas) están grabados en nuestra mente de tal forma que cuando sentimos la más mínima necesidad de hacer algo en su “contra”, automáticamente nos invade la culpa, que nos paraliza y hace que hagamos todo eso que “debemos hacer”. Nos hace odiarnos a nosotras mismas.
Des programarnos de estas creencias es un camino de autoconocimiento, en muchas ocasiones doloroso, porque requiere de desapego de muchas de las estructuras relacionales que hasta el momento hemos desarrollado.
Es en ese caminar hacia la transformación cuando reconozco lo que ha sucedido, comprendo, acepto que soy falible, asumo mi responsabilidad, reparo si es posible, me perdono, perdono a la otra persona y aprendo de lo ocurrido; esa es la salida, el conocimiento, la auto observación, la paciencia y aprender a amarte y a amar a las demás personas.
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